Ojo con los contratos de explotación de máquinas recreativas

¿Qué son y cómo funcionan estos contratos? Se trata de un contrato atípico de carácter múltiple o mixto en el que concurren notas de arrendamiento de bienes y servicios junto a obligaciones específicas de custodia y de no hacer, en el que el arrendador es el propietario o poseedor del local o establecimiento y el arrendatario es la empresa operadora.

 

¿A qué se obliga cada parte? La empresa operadora, propietaria de las máquinas, asume generalmente los gastos de mantenimiento, y tasas, así como la entrega de la parte de la recaudación convenida, mientras que el titular del local se compromete a colocar la máquina en lugar adecuado, y a mantenerla enchufada a la red durante su horario de apertura.

¡Cuidado! Lo que puede parecer en principio un buen negocio para las partes, puede convertirse en pesadilla para el propietario del establecimiento

 

Lea bien el contrato: Lo primero que tiene que saber es que este tipo de contratos no son de adhesión, ni están protegidos por la Ley de defensa de consumidores y usuarios, puesto que se trata de un contrato entre empresarios.

 

¿En qué nos debemos fijar? Atender al contenido del contrato es esencial, especialmente en cuanto a las cláusulas relativas a su duración, a la penalización en caso de no poder cumplirlo, y por supuesto a sus condiciones económicas de explotación.

 

• Duración: Un contrato de larga duración (5 o 6 años) no le interesa, intente negociarlo por un periodo de dos años máximo, pues si por la razón que sea decide traspasar el negocio o cerrarlo, se encontrará atado al contrato de explotación de las máquinas, porque normalmente incluye en alguna de sus cláusulas una penalización elevada ante un incumplimiento (15.000 € más o menos).

 

• Extinción y Renovación:Compruebe que la renovación no sea automática a la finalización del tiempo pactado, y que requiera de nuevo acuerdo entre las partes, pudiendo revisar así las condiciones económicas en función de los resultados de la explotación durante ese tiempo.
Un contrato largo de explotación de máquinas “tragaperras”, le puede resultar muy perjudicial si fija una penalización elevada por incumplimiento.